lunes, 3 de marzo de 2014

DESOLADA GUITARRA

En un rincón  sombrío y frío
 desolada estás guitarra.

Hoy tus cuerdas desafinan de dolor,
y seis lágrimas de amor
como seis cascadas
en  tu  boca desembocan,
nublando el color de tu roseta,
embriagando de pena
 el aro, el puente y la trasera.

Y como bisagras
 de una puerta corrompida,
por el pasado de los años desgastados,
tus clavijas ya chirrían.

¡No llores más guitarra!
pues,  aunque el gran Maestro
 se ha marchado, a ese viaje sin retorno
que en el fondo somos todos,
 otras manos te harán sentir
y oír,   flamenco en tu vivir.

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