lunes, 17 de marzo de 2014

VEINTIDÓS AÑOS HACE

Veintidós años hace
que con más miedo que vergüenza
y con una maleta llena
de incertidumbres y ausencias,
me bajaba del coche
y observaba mi nuevo destino.

Mi nueva vida
empezaba a comenzar.

Nunca imaginé que este nuevo lugar
que en principio solo era de paso,
daría un giro en mi alegría,
sin desmerecer en ningún momento
a la ciudad que me vio nacer, crecer.

Y quisiera poder  agradecer
no sé muy bien a quién,
al cielo pudiera ser,
toda su generosidad
y  todo lo hasta aquí
vivido y aprendido
en este ecuador en el tiempo.

Y cuando me siento mal
voy y me reinvento
y  entonces pienso:
“La vida es una maravilla”,
aunque en el fondo sé
que tan sólo es un lamento,
pero lamento o maravilla
ha de ser vivida
con fe, con alegría
 y sin remordimientos.

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