Bahía milenaria
con su puerto recibiendo
a gentes de otras tierras,
a pueblos de otras eras.
Grandes guerras destruyeron
fachadas decoradas
con emblemas de otros tiempos,
con enseñas caducadas
de ideologías frustradas,
que nunca llegarían
a poder ser atracadas.
Pero nadie acabaría
con tu gran amor, mi
amor
el Mar Mediterráneo:
“Mar y tierra, tierra y mar,
amándose sin cesar
por los siglos de los siglos,
siempre unidos ahí están”
Y adentrándose en mi vida
día a día una vez
más,
no pudiendo así olvidar
mis raíces y su
andar.
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