Buenos días Belcebú,
Príncipe de las Tinieblas,
en el retiro te he encontrado
disfrazado de ángel alado,
caído y malvado
triste, solo y castigado
sin palacio ni princesa.
Ya sé, que esperando estás
que tu sueño se haga
realidad,
a recibir por fin, honores de verdad.
Y no entiendes el por qué de
tu soledad
siendo el príncipe de las
tentaciones,
la insensatez y la maldad,
algo tan sobrado en esta
sociedad.
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