Gran maestra de mi vida
confidente y confiada
de mis juegos y mis sueños
conseguidos o fallidos.
Consejera en mis palabras
timonel en mi extravío
asesora en sentimientos
amparando los momentos
de sollozos y lamentos.
En tus ojos la ternura,
la esperanza y la dulzura.
En mi vida tu voz,
tu luz y tu canción.
Tus palabras repletas
de amor y comprensión,
fueron siempre mi refugio
tan buscado y anhelado.
Arropada en tus arrullos
acurrucada entre tus nanas
y reposada en tu regazo,
quiero sentir de nuevo
tus caricias y tu abrazo.
Méceme lento, muy lento
y cuéntame otro cuento
porque tengo un gran sueño
y no me quiero despertar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario